El Código Civil determina el contenido mínimo del convenio regulador en su artículo 90:
Los convenios reguladores son los instrumentos que regulan las consecuencias jurídicas de una separación o divorcio de mutuo acuerdo. Se trata, por tanto, de documentos muy relevantes tras la ruptura. Precisamente por ello es imprescindible dejar la redacción y negociación de convenios reguladores en manos de especialistas.
Recordemos que los efectos de un convenio se extenderán a lo largo de años. Un mal convenio podría estar perjudicándonos durante 15 o 20 años fácilmente.
Por otro lado, si no llegamos a un acuerdo por medio del convenio no tendremos más opción que acudir a los Tribunales. En este caso perderemos el control sobre los efectos de la ruptura, que serán los que determine el Juez en su Sentencia. Además nos enfrentaremos a un proceso de separación o divorcio mucho más largo y costoso, especialmente en el caso de tener hijos.
Por eso consideramos importante explorar las claves para una redacción y negociación de convenios reguladores exitosa.
A la hora de elegir un régimen de custodia se debe pensar en los intereses de los menores. Garantizar sus derechos es clave en cualquier proceso de familia. Hay progenitores que solicitan la custodia compartida no para educar a sus hijos en un modelo más o menos equitativo, sino para evitar pagar una pensión alimenticia. Pero debemos recordar que se pueden imponer pensiones alimenticias incluso en un sistema de custodia compartida. De modo que la cuestión económica no debería ser determinante para elegir el régimen de custodia.
El convenio puede atribuir el uso de la vivienda familiar al cónyuge no propietario. Incluso en regímenes de separación de bienes. De hecho, es frecuente que el uso del domicilio familiar se atribuya a los hijos y al progenitor con quien convivan.
El reparto del patrimonio dependerá del régimen económico matrimonial que rigiera durante el matrimonio. Así, la separación de bienes es el régimen más fácil de liquidar, ya que el patrimonio de cada cónyuge le pertenecerá de forma privativa. En el caso de estar casados en gananciales, los cónyuges deberán liquidar las deudas comunes para luego, si quedara patrimonio, repartir lo restante en partes iguales. Por tanto, otorgar capitulaciones matrimoniales es clave para evitar problemas con la liquidación patrimonial tras la ruptura.
Cuando se tiene una hipoteca a nombre de ambos cónyuges hay que ser especialmente cuidadoso, porque el hecho de que uno de ellos se quede con la casa, aunque lo haga asumiendo las deudas, no vincula al banco. Esto implica que en caso de impago el banco podría reclamar las cuotas al otro cónyuge. De modo que habría que intentar novar el préstamo para que solo vincule al banco con el cónyuge que se quede la vivienda.
Si no se llega a un acuerdo no quedará más opción que presentar una demanda de divorcio o separación contenciosa. En este caso habrá que acudir a juicio. Cada uno de los cónyuges presentará y justificará sus propuestas, pero será el Juez quien finalmente determine las consecuencias de la ruptura.
Esto es un problema, ya que:
De modo que lo más recomendable es iniciar negociaciones para llegar a un acuerdo, tarea en la que será clave la intervención de abogados de familia con experiencia en la materia.
Sí. En cualquier momento se puede revisar el convenio, aunque para que se pueda cambiar con éxito será necesario:
Además de que concurran estos requisitos habrá que negociar de nuevo o bien presentar una demanda de modificación de medidas. Esto implica que, aunque técnicamente se puede cambiar el convenio en cualquier momento, lo mejor es alcanzar un acuerdo justo desde el principio.
La redacción y negociación de convenios reguladores justos y equitativos resulta clave para garantizar su efectividad y su continuidad en el tiempo. Tengamos en cuenta que la amplia duración de estos instrumentos hace recomendable que, desde el momento inicial, resulten lo menos lesivos que sea posible para los intereses de las partes.
Aunque estrictamente no existe ningún modo de garantizar la redacción y negociación exitosa del convenio, existen algunas buenas prácticas que ayudarán a llegar a un acuerdo:
Todos estos detalles encauzan la actividad negociadora de los abogados de familia. Así que, probablemente, la mejor recomendación que se pueda hacer para garantizar una redacción y negociación de convenios reguladores exitosa es que se ponga la tarea en manos de abogados especializados en separaciones y divorcios.