Herencia CataluñaHerencias y sucesiones¿Cómo se reparte una herencia? Así se dividen los Bienes y las Deudas

24 de septiembre de 2024

Cuando alguien cercano fallece, no solo lidiamos con el dolor de la pérdida, sino también con una serie de asuntos legales que pueden resultar abrumadores. Entre estos, uno de los más complicados es el reparto de la herencia. Seguramente te has preguntado en algún momento: “¿Cómo se reparte una herencia? ¿Qué pasa si no hay testamento? ¿Y qué hago si hay conflictos entre los herederos?”

La verdad es que no es raro que surjan dudas, ya que el proceso de repartir los bienes de una persona fallecida puede ser largo y, en ocasiones, bastante confuso. Si no se tiene un testamento claro o los herederos no están de acuerdo, los problemas pueden multiplicarse.

En este post, vamos a desglosar todo lo que necesitas saber sobre cómo se reparte una herencia, desde los pasos que se deben seguir cuando hay testamento, hasta qué sucede si no lo hay. Te explicaremos quién tiene derecho a heredar, qué hacer con las deudas del fallecido, y cómo se pagan los impuestos correspondientes. Así que si estás en medio de este proceso o solo quieres estar preparado, sigue leyendo porque vamos a despejar todas tus dudas.

¿Qué es una herencia?

Una herencia es el conjunto de bienes, derechos y obligaciones que una persona deja tras su fallecimiento. El proceso de reparto de herencia es el mecanismo por el cual se asignan estos bienes a los herederos legítimos o designados. Los bienes pueden incluir propiedades inmuebles, cuentas bancarias, vehículos, y más.

Herencia con testamento: Cuando una persona ha dejado un testamento válido, se sigue la voluntad del fallecido para repartir los bienes entre los herederos.

Herencia sin testamento (sucesión intestada): Si no hay testamento, la ley establece el orden en el que se repartirán los bienes entre los familiares más cercanos, siguiendo la normativa de cada país.

Tipos de bienes en una herencia

Cuando una persona fallece, deja atrás un conjunto de bienes que conforman su patrimonio. Este patrimonio puede estar compuesto por una variedad de activos, desde propiedades hasta dinero en cuentas bancarias, e incluso deudas o compromisos financieros. Entender los diferentes tipos de bienes que forman parte de una herencia es crucial para llevar a cabo una correcta distribución de los bienes hereditarios entre los herederos. Cada tipo de bien puede tener un tratamiento específico según su naturaleza, lo que afecta el proceso de reparto, su valoración y los impuestos que deben pagarse antes de su adjudicación. A continuación, te explicamos los principales tipos de bienes que pueden encontrarse en una herencia y cómo se gestionan.

Bienes muebles

Dentro de los bienes muebles se incluyen todos aquellos objetos que pueden trasladarse, como automóviles, joyas, obras de arte, muebles, entre otros. Estos bienes, aunque pueden ser de menor valor que los inmuebles, también tienen un impacto significativo en el reparto de la herencia.

Los bienes muebles, en muchos casos, pueden tener un valor sentimental más allá del valor económico, lo que puede complicar la repartición si los herederos tienen preferencias sobre ciertos objetos. En estos casos, es recomendable llegar a un acuerdo amistoso o, de lo contrario, optar por su venta para dividir el dinero.

Cuentas bancarias y activos financieros

El dinero en efectivo, las cuentas bancarias, los fondos de inversión, acciones, bonos, y otros activos financieros forman parte del patrimonio de la persona fallecida. Este tipo de bienes suelen ser más fáciles de dividir, ya que los herederos pueden recibir una proporción equivalente de acuerdo con su porcentaje de la herencia.

Sin embargo, es crucial saber si las cuentas bancarias eran conjuntas con otros titulares, ya que esto puede afectar el proceso de repartición. Además, las instituciones bancarias suelen requerir ciertos documentos, como la declaración de herederos o el testamento validado, antes de liberar los fondos.

Derechos y obligaciones

En una herencia no solo se reciben bienes, sino también obligaciones y deudas. Estas pueden incluir préstamos, hipotecas, contratos vigentes, impuestos impagados, o cualquier otra obligación financiera del fallecido. Los herederos tienen la responsabilidad de hacer frente a estas deudas, aunque existe la posibilidad de aceptarlas a “beneficio de inventario”, lo que significa que solo se hacen cargo de las deudas hasta el valor de la herencia.

Es importante hacer un análisis cuidadoso de las deudas para evitar aceptar una herencia con pasivos que superen los activos. En algunos casos, si las deudas son demasiado elevadas, los herederos pueden optar por renunciar a la herencia.

Testamento: El primer paso en el reparto de la herencia

El testamento es un documento legal donde una persona detalla cómo quiere que se distribuyan sus bienes tras su fallecimiento. Si existe un testamento válido, este será el primer paso en el proceso de reparto de la herencia.

Tipos de testamentos

  • Testamento abierto: Es redactado ante notario, siendo el tipo más común.
  • Testamento cerrado: El contenido del testamento es secreto y solo se revela tras la muerte del testador.
  • Testamento ológrafo: Escrito de puño y letra del testador, sin intervención notarial.

En estos casos, si existe un testamento, este deberá ser validado por un notario. El albacea, designado en el testamento, se encargará de llevar a cabo el reparto de los bienes según lo establecido. Este proceso facilita la división de la herencia y ayuda a evitar posibles disputas.

¿Qué sucede si no hay testamento en la herencia?

Cuando una persona fallece sin haber dejado un testamento, el proceso de reparto de la herencia se realiza de acuerdo a la ley. Esto se conoce como sucesión intestada. En este caso, los bienes se distribuyen entre los herederos legítimos según un orden de prelación.

Orden de herederos en la sucesión intestada

Cuando una persona fallece sin dejar testamento, su patrimonio se distribuye conforme a lo que estipula la ley a través del proceso de sucesión intestada. Este orden de sucesión puede variar ligeramente de un país a otro, pero en general sigue un patrón similar, priorizando a los familiares más cercanos. A continuación, se detalla el orden en el que heredan los distintos familiares en ausencia de testamento.

1. Cónyuge e hijos

El primer grupo de herederos en la sucesión intestada incluye al cónyuge sobreviviente y a los hijos del fallecido. Este grupo tiene prioridad absoluta sobre los demás familiares. En la mayoría de los casos, los hijos heredan la mayor parte del patrimonio, aunque la proporción puede variar dependiendo de las leyes locales.

En muchos países, el cónyuge sobreviviente tiene derecho a una parte específica de la herencia. En algunos sistemas legales, se le otorga el usufructo vitalicio de ciertos bienes, como la vivienda familiar, lo que le permite usar y disfrutar de la propiedad mientras viva, pero no venderla. En otros casos, el cónyuge puede heredar en igualdad de condiciones con los hijos, dividiendo los bienes en partes proporcionales.

Si hay varios hijos, generalmente se divide la herencia entre todos ellos en partes iguales. No obstante, en algunos sistemas legales se puede dar preferencia a los hijos menores de edad o dependientes, asignándoles una porción mayor. En situaciones en las que alguno de los hijos ha fallecido antes que el causante, sus descendientes (los nietos) pueden heredar en su lugar, a través del llamado derecho de representación.

2. Padres y hermanos

Si el fallecido no deja descendientes ni cónyuge, el derecho a heredar pasa a sus padres y hermanos. Este es el segundo grupo de herederos en la sucesión intestada. En este caso, los bienes se reparten entre los padres del fallecido en partes iguales. Si uno de los padres ha fallecido, el otro progenitor hereda la totalidad de los bienes.

Cuando ambos padres han fallecido, el patrimonio se divide entre los hermanos del fallecido. Los bienes se reparten por partes iguales entre los hermanos. Al igual que en el caso de los hijos, si alguno de los hermanos ha fallecido antes que el causante, sus hijos (los sobrinos) pueden heredar en su lugar, también mediante el derecho de representación.

Este grupo de herederos es relativamente común en la sucesión intestada cuando el fallecido no deja descendientes directos o cónyuge. Las leyes suelen priorizar a los padres sobre los hermanos, aunque esta distribución puede variar dependiendo de la legislación del país.

3. Familiares colaterales

En ausencia de cónyuge, hijos, padres y hermanos, el derecho a heredar pasa a los familiares colaterales. Estos incluyen a los tíos, primos, sobrinos y otros parientes más lejanos. Aunque menos comunes en la práctica, estos familiares tienen derecho a la herencia si no existen herederos más cercanos.

Dentro de este grupo, los herederos más cercanos en términos de parentesco (como sobrinos o tíos) suelen tener prioridad sobre los más lejanos (como primos o parientes más distantes). Si los sobrinos no están presentes o no tienen derecho a heredar, la herencia puede pasar a los primos o a otros familiares que compartan algún grado de consanguinidad con el fallecido.

Este nivel de parentesco es relevante en aquellos casos en que el fallecido no tenía descendientes ni familiares directos que pudieran heredar, aunque suele ser más raro que lleguen a este punto.

4. El Estado como heredero

Si no existen herederos dentro de los tres primeros grupos, o si todos los posibles herederos renuncian a la herencia, los bienes del fallecido pasan a ser propiedad del Estado. Este proceso se conoce como sucesión vacante. En este caso, los bienes del fallecido pueden ser subastados o gestionados de acuerdo con las leyes de patrimonio público.

Aunque la sucesión vacante es poco frecuente, puede ocurrir en situaciones donde la persona fallecida no tiene familiares cercanos, o en casos donde la búsqueda de herederos no tiene éxito. También puede suceder cuando los herederos legales renuncian a la herencia debido a las deudas que acompañan los bienes, o por los costos e impuestos que deben asumir para recibirla.

El papel del juez en la declaración de herederos

En el proceso de sucesión intestada, el papel del juez es crucial, especialmente cuando no existe un testamento y es necesario identificar a los herederos legítimos. En muchos países, la declaración de herederos se lleva a cabo ante un juez, quien verifica la relación de parentesco entre los familiares del fallecido y determina quién tiene derecho a heredar.

Este proceso judicial implica la presentación de documentación como certificados de nacimiento, matrimonio o cualquier otro documento que acredite la relación con el fallecido. Si hay disputas entre posibles herederos, el juez también interviene para resolverlas, basándose en la legislación sucesoria aplicable.

La declaración de herederos es un paso necesario para que los familiares puedan acceder a los bienes del fallecido y completar el proceso de sucesión. Si bien este trámite puede ser sencillo en muchos casos, cuando existen disputas familiares o no se tiene claro quiénes son los herederos, puede prolongarse y complicarse.

El proceso legal para repartir una herencia

El reparto de una herencia sigue un proceso legal bien definido, diseñado para garantizar que los bienes del fallecido se distribuyan de manera justa entre los herederos, ya sea según la voluntad establecida en un testamento o conforme a la ley en casos de sucesión intestada. Este proceso puede variar en complejidad dependiendo de la situación familiar, los bienes involucrados y la existencia o no de un testamento. A continuación, detallamos las principales etapas:

Declaración de herederos (Primera etapa)

La primera etapa del proceso, especialmente en casos en los que no existe un testamento, es la declaración de herederos. Este documento es necesario para identificar y certificar quiénes son los herederos legítimos de la persona fallecida, y su objetivo es aclarar quién tiene derecho a heredar los bienes.

El procedimiento de declaración de herederos puede variar según el país o la región, pero en general sigue un proceso formal ante un notario o juez. En el caso de que existan herederos directos (cónyuge, hijos), este trámite es más sencillo. Sin embargo, si no hay familiares directos, el proceso puede ser más complejo y requerir la presentación de documentos como certificados de nacimiento, matrimonio, y pruebas de parentesco.

Además, en esta etapa es común que se publiquen edictos o avisos para localizar posibles herederos desconocidos. La declaración de herederos es esencial para continuar con el proceso de sucesión, ya que sin este documento, no se pueden distribuir legalmente los bienes del fallecido.

Inventario de bienes y deudas (Segunda etapa)

Una vez realizada la declaración de herederos, el siguiente paso es elaborar un inventario de los bienes y deudas que forman parte de la herencia. Este inventario es fundamental para determinar qué activos y pasivos se están transmitiendo a los herederos.

El inventario debe incluir todos los bienes inmuebles (casas, terrenos), bienes muebles (vehículos, joyas, obras de arte), activos financieros (cuentas bancarias, acciones, fondos de inversión), así como cualquier derecho o contrato que pueda estar en curso. Además, es vital identificar todas las deudas que el fallecido haya dejado, tales como préstamos personales, hipotecas, impuestos pendientes, o pagos de tarjetas de crédito.

Este paso es crucial, ya que los herederos no solo reciben los bienes, sino que también son responsables de las deudas que el fallecido haya dejado. En algunos países, los herederos pueden optar por aceptar la herencia a “beneficio de inventario”, lo que les permite aceptar los bienes, pero solo hasta el valor de las deudas, evitando así quedar endeudados si las deudas superan los bienes.

Este inventario completo de activos y pasivos debe ser presentado ante las autoridades correspondientes y será la base para realizar el reparto final de la herencia.

Reparto de bienes (Tercera etapa)

Una vez que se han identificado todos los bienes y deudas, se procede al reparto de bienes entre los herederos. Este paso puede realizarse de manera amistosa si todos los herederos están de acuerdo en cómo dividir los bienes. Los acuerdos amistosos suelen llevar menos tiempo y permiten una mayor flexibilidad a la hora de distribuir los activos.

En el caso de bienes inmuebles, los herederos pueden optar por vender la propiedad y dividir el dinero, o pueden adjudicar la propiedad a uno de los herederos, compensando a los demás con dinero o activos equivalentes. Los bienes muebles, como vehículos, joyas o muebles, pueden repartirse según el valor acordado entre los herederos, o venderse para su división en efectivo.

Si no hay acuerdo entre los herederos, el proceso de reparto puede complicarse y llevarse ante un juez, quien tomará la decisión final sobre cómo deben distribuirse los bienes. En estos casos, la ley establece criterios específicos para la división de los bienes, basándose en el grado de parentesco de los herederos y el valor de los bienes involucrados.

Pago de impuestos (Cuarta etapa)

Antes de que los herederos puedan tomar posesión de los bienes, deben cumplir con las obligaciones fiscales derivadas de la herencia. Esto incluye el pago de impuestos de sucesiones, que varían considerablemente según la región o país, y que dependen del valor de los bienes y del grado de parentesco entre el fallecido y los herederos.

En general, los familiares más cercanos (cónyuge e hijos) suelen beneficiarse de reducciones o exenciones en el impuesto de sucesiones. Sin embargo, para los herederos más lejanos (como primos o familiares colaterales), los impuestos pueden ser más altos.

Además de los impuestos sobre la herencia, en algunos casos también se deben abonar otros impuestos, como la plusvalía municipal, que se paga sobre la transmisión de bienes inmuebles. Es importante que los herederos tengan en cuenta estos costos adicionales antes de tomar posesión de los bienes, ya que, en algunos casos, el monto total de los impuestos puede ser significativo.

Solo una vez que se han pagado los impuestos, los herederos pueden disponer libremente de los bienes, ya sea para venderlos, utilizarlos o transferirlos a su nombre.

Conflictos comunes en el reparto de herencias

Los conflictos hereditarios son frecuentes y pueden surgir por desacuerdos en la valoración o distribución de los bienes, o cuando los herederos no logran ponerse de acuerdo.

Conflictos comunes

  • Desacuerdos sobre la venta de bienes inmuebles.
  • Diferencias en la valoración de activos.
  • Conflictos sobre la participación de herederos en la empresa familiar.

Para resolver estas disputas, se puede recurrir a la mediación o, en última instancia, a un procedimiento judicial. Además, en algunos casos es posible impugnar el testamento, lo cual añade complejidad al proceso.

Reparto de bienes especiales en la herencia

Existen ciertos bienes que requieren un tratamiento especial durante el proceso de reparto de herencia. Estos incluyen inmuebles, dinero en cuentas bancarias y empresas familiares.

Bienes inmuebles

En caso de bienes inmuebles, como casas o terrenos, los herederos pueden optar por vender la propiedad y repartir el valor entre ellos o adjudicar la propiedad a uno de los herederos.

Cuentas bancarias

El dinero en cuentas bancarias suele dividirse entre los herederos. Es importante determinar si la cuenta era conjunta o individual, ya que esto puede afectar el reparto.

Empresas familiares

Si el fallecido tenía una empresa familiar, se deben tomar decisiones sobre la continuidad de la empresa o su venta. Los herederos tendrán que llegar a acuerdos sobre cómo gestionarla.

La herencia y las deudas: ¿qué responsabilidad tienen los herederos?

Si el fallecido tenía deudas, estas también forman parte de la herencia. Los herederos pueden optar por aceptar la herencia con las deudas o renunciar a ella.

Opciones para los herederos

Cuando una persona fallece, los herederos se enfrentan a diversas decisiones importantes en relación con la herencia. Dependiendo de las circunstancias, los bienes heredados pueden incluir tanto activos como deudas, lo que puede complicar el proceso. Afortunadamente, los herederos tienen varias opciones a su disposición para gestionar la herencia de acuerdo con sus intereses y responsabilidades. Estas opciones permiten decidir si desean aceptar la herencia en su totalidad, hacerlo bajo ciertas condiciones o incluso renunciar a ella por completo. A continuación, exploramos las principales opciones para los herederos.

  • Aceptación pura y simple: Los herederos aceptan tanto los bienes como las deudas.
  • Aceptación a beneficio de inventario: Permite a los herederos aceptar solo los bienes hasta el límite de las deudas.
  • Renuncia a la herencia: Los herederos pueden optar por no aceptar la herencia si las deudas superan los bienes.

Conclusión sobre: ¿Cómo se reparte una herencia?

El proceso de reparto de una herencia puede ser complejo, pero conocer cada una de sus fases es clave para hacerlo de manera efectiva. Es fundamental contar con asesoría legal, especialmente si no hay testamento o si hay conflictos entre los herederos.

Si tienes dudas o estás enfrentando el reparto de una herencia, nos puedes hacer llegar tu consulta sobre derecho de sucesiones para asegurarte que se respete la ley y los derechos de todos los implicados a la hora de repartir una herencia.

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