La mediación familiar es un proceso cada vez más utilizado para la resolución de conflictos que se presentan en el ámbito familiar, especialmente en casos de divorcios y separaciones. Este proceso es una forma de resolución de conflictos pacífica y dialogada, que busca el acuerdo entre las partes involucradas, con la finalidad de evitar procesos judiciales largos, costosos y desgastantes para todos los implicados. Para llevar a cabo la mediación debe entrar al caso una tercera persona que sea neutral y que, por lo tanto, ayudará a las partes a hablar, entenderse y poder así, alcanzar un acuerdo. Nuestros profesionales están preparados para ayudarte en este proceso y a continuación te explicamos cómo.
En esta guía completa, abordaremos la mediación familiar, sus características, los tipos de conflictos que cubre, las ventajas y beneficios que ofrece, las fases del proceso, y la importancia de contar con abogados especialistas en mediación.
¿Qué es la Mediación Familiar?
La mediación familiar es un proceso de resolución de conflictos que tiene como objetivo llegar a un acuerdo entre las partes involucradas, de manera pacífica, dialogada y consensuada, a través de la intervención de un tercero imparcial, el mediador. Este proceso puede llevarse a cabo en diferentes contextos, pero es especialmente utilizado en casos de divorcios y separaciones, para regular la situación de los hijos menores y la distribución de bienes.
La mediación familiar es un proceso voluntario y confidencial, en el que las partes involucradas pueden expresar sus intereses y necesidades de manera libre y sin presiones. El mediador es un profesional capacitado para gestionar el proceso de mediación, que actúa como facilitador del diálogo entre las partes, con la finalidad de lograr un acuerdo satisfactorio para todos.
Características de la mediación familiar
En la mediación familiar, el mediador actúa como un facilitador neutral, no tomando partido en el conflicto y no imponiendo una solución. En su lugar, ayuda a las partes a identificar los problemas y a encontrar soluciones que satisfagan las necesidades de todos los involucrados. El proceso es voluntario y confidencial, lo que significa que las partes pueden hablar libremente sin preocuparse por las consecuencias fuera de la mediación. Además, a diferencia del litigio, la mediación no está limitada por la ley y las partes pueden encontrar soluciones creativas y personalizadas que se adapten a sus circunstancias únicas.
- Voluntariedad: Las partes deben asistir de forma voluntaria. No obstante, se dan algunos casos en los que se intenta dirigir a las partes en este sentido, ya que es una forma de alcanzar un acuerdo sin que sea un juez quien decida por ellos. Sin perjuicio de ello, debe ser voluntario ya que sino sería contradictorio con la idea principal de la mediación.
- Las partes: Estas tienen un papel muy activo en todo el proceso, ya que tienen que aportar para alcanzar la solución.
- Confidencialidad Otra característica muy importante, ya que todo lo que se hable en la sala de mediación, no puede salir de allí.
- La misión de un mediador es ayudar a las partes a resolver los conflictos, no es terapeuta, ni tampoco quien decide la solución. Su función es la de orientar.
- Cuando todas las partes colaboran para buscar una solución, todos ganan.
¿Qué ocurre en el proceso de mediación familiar?
Con tal de resolver un conflicto con la ayuda de la mediación, se debe pasar por varias fases o etapas.
- La primera fase consiste en la mediación e información de su desarrollo. Se presentan las causas por las que se ha recurrido al inicio de este proceso. En la sesión previa se informa de las características y principios básicos de esta, se establecen las pautas a seguir, etc.
Si las partes deciden proceder, se redactará una acta firmada por las partes y el mediador. - En la segunda fase se obtiene y comparte la información de cada una de las partes, es decir, es el inicio de la etapa de negociación. Seguidamente, el mediador examinará lo que ha explicado cada una y lo reformulará positivamente. Les hará todo tipo de preguntas para así ver las necesidades de cada parte, y si el mediador lo cree conveniente podrá hacer sesiones individuales.
- En la tercera fase se ordenará la información que se ha obtenido y se diferenciarán los temas en los que ya hay solución y los que no.
- La cuarta etapa será trabajar y negociar cada punto. Los puntos analizados en la anterior fase se analizarán en esta con tal de encontrar una solución.
- La quinta etapa consistirá en preparar un borrador con los posibles acuerdos a los que se podría llegar y, por lo tanto, hablar de ellos con las partes.
- Finalmente, la sexta fase sería el cierre de la mediación habiendo conseguido los objetivos propuestos. Las partes deben comprometerse a cumplir todo aquello que han acordado y también firmarlo.
Tipos de Conflictos Cubiertos por la Mediación Familiar
La mediación familiar cubre una amplia variedad de conflictos, tales como:
- Separación y divorcio: la mediación familiar puede ayudar a las parejas a resolver asuntos relacionados con la custodia de los hijos, la manutención, la división de bienes y otros asuntos legales.
- Conflictos entre padres e hijos: la mediación puede ser útil para resolver conflictos entre padres e hijos, como problemas de comunicación, desacuerdos sobre reglas y límites y otros asuntos familiares.
- Problemas de comunicación: la mediación puede ayudar a las familias a mejorar su comunicación y resolver malentendidos y problemas de relación.
- Conflictos entre miembros de la familia: la mediación puede ser utilizada para resolver conflictos entre hermanos, abuelos y otros miembros de la familia.
Ventajas y Beneficios de la Mediación Familiar
La mediación familiar ofrece una serie de beneficios tanto para las familias como para el sistema judicial. Algunos de los beneficios más importantes incluyen:
- Resolución pacífica de conflictos: La mediación familiar permite a las partes resolver sus conflictos de forma pacífica y constructiva, evitando así la confrontación y el estrés asociados con los procesos judiciales.
- Ahorro de tiempo y dinero: La mediación familiar es más rápida y menos costosa que un proceso judicial tradicional, ya que no requiere la intervención de abogados ni de un juez.
- Mayor control y flexibilidad: Las partes tienen mayor control sobre el resultado de la mediación, puesto que son ellas mismas las que llegan a un acuerdo mutuo. Además, la mediación es más flexible que el proceso judicial, lo que permite a las partes adaptar la solución a sus necesidades específicas.
- Menor impacto emocional: La mediación familiar es menos estresante y emocionalmente agotadora que el proceso judicial, puesto que las partes pueden trabajar juntas de forma cooperativa y amistosa.
- Mejora de la comunicación: La mediación familiar fomenta la comunicación entre las partes, lo que puede ayudar a mejorar la relación a largo plazo.
En resumen, la mediación familiar es una alternativa efectiva y beneficiosa para resolver conflictos familiares. Si estás pasando por una situación de crisis familiar, considera la opción de la mediación para llegar a una solución pacífica y equitativa.
Mediación familiar: Conclusión
En conclusión, la mediación familiar es un proceso efectivo para resolver conflictos relacionados con la separación y el divorcio. Es importante tener abogados especialistas en mediación familiar para garantizar que el proceso se lleve a cabo de manera justa y equitativa. La mediación familiar tiene muchas ventajas sobre el litigio, incluyendo la reducción de costos y el mantenimiento de relaciones amistosas entre las partes involucradas. Si se está considerando la mediación familiar, es importante buscar un abogado especializado en este campo para garantizar que se tomen decisiones informadas y justas.
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